¿Y ahora qué?

El Union Saint-Gilloise afronta su segunda temporada consecutiva en la Jupiler Pro League después de una primera en la que superó sin apelativos todas las expectativas que se habían marcado respecto a su rendimiento. Ahora, varias incógnitas vuelan sobre Saint-Gilles para una nueva campaña en la que el cartel de ‘sorpresa’ ya no colgará en la malla azul y amarilla.

Combinar liga, copa y Europa

A diferencia de la pasada temporada, donde los esfuerzos se centraron de manera prácticamente total en liga (en copa cayó en la segunda ronda), el Union Saint-Gilloise afronta el próximo curso con tres competiciones por disputar. A las ya mencionadas se añade ahora la campaña europea. Sea en la Champions League (pasando por dos ronda previas) o en la Europa League (si no supera esas eliminatorias), el elenco de Bruselas tiene asegurados sus viajes por el Viejo Continente hasta, por lo menos, el nuevo año.

Teniendo en cuenta que el primer partido europeo en 58 años para los ‘unionistes’ se disputa el 2 o 3 de agosto, son cuatro los meses (sin contar el periodo del Mundial) en los que tendrán que combinar, mínimo, dos torneos. En copa, el conjunto de Saint-Gilles arrancará su andadura a partir de los octavos de final, cuyas fechas aproximadas todavía no se conocen.

Foto: Photonews

Por lo tanto, el Union Saint-Gilloise tendrá que hacer frente a un exigente calendario que le obligará a exprimirse al máximo, tanto en lo físico como en lo mental. ¿Podrá el equipo afrontar de manera óptima este reto? Sin duda, la profundidad de plantilla que pueda confeccionar la alta dirección del club será un aspecto clave en este sentido.

Competición europea, pero lejos de ‘casa’

Y por cierto, si de algún club podemos hablar de su ‘jugador número 12′ ese es el conjunto azul y amarillo. La afición ‘unioniste’ ha sido en muchos partidos el balón de oxígeno que necesitaba su equipo para cosechar la victoria. Y en esto tiene mucho que ver su feudo, el Joseph Marien (localizado en el municipio bruselense de Forest, a tres kilómetros de Saint-Gilles), cuya majestuosa y bella grada principal se encuentra pegada al terreno de juego, con lo que se crea una atmósfera muy especial entre seguidores y jugadores.

Sin embargo, con este factor no podrá contar en Europa el 11 veces campeón de Bélgica. Y es que el Joseph Marien no cumple con los requisitos UEFA y el ‘hogar’ para las noches europeas será el Den Dreef de Lovaina (fuera de Bruselas) y el estadio Rey Balduino (también conocido como Heysel), cuyas pistas impedirán que el ambiente pueda asemejarse al que se vive en su feudo habitual.

La tribuna este del Joseph Marien pega directamente con el parque de Duden, no cuenta con asientos y es donde se sitúan los ultras.

Plantilla y mercado de fichajes

Los de Bruselas ya acusaron cierto cansancio durante algunos tramos de la temporada pasada. Y es que pese al considerable número (13) de jugadores que llegaron al Joseph Marien tanto en verano como en invierno, Felice Mazzu apostó prácticamente siempre por los mismos 14/15 futbolistas. Apenas se veían grandes novedades y rotaciones en los onces iniciales de los ‘unionistes’, que echaron en falta un mayor y más eficiente fondo de armario.

Para la próxima temporada, Deniz Undav, Kaoru Mitoma y Kacper Kozlowski se marchan al Brighton, club que, por cierto, comparte propietario con el Union Saint-Gilloise. El primero lo hace dejando alrededor de siete millones en las arcas. Nunca antes se había pagado tanto por un jugador del combinado de Saint-Gilles. Y no es para menos, pues el alemán con raíces turcas ha anotado 25 goles y ha repartido 13 asistencias en 41 partidos esta temporada. La baja es, por lo tanto, muy sensible, al igual que la de Mitoma (ocho goles y cuatro asistencias). Tanto él como Kozlowski estaban cedidos, por lo que el club no saca rédito económico con sus salidas. Caso idéntico al del español Alejandro Millán, que vuelve al Villarreal.

Deniz Undav. Foto: imago-images

Además, en el aire aún está la continuidad de Casper Nielsen, otra pieza clave en los esquemas del centenario club de la capital belga. El danés está abierto a una salida. Brujas y Anderlecht han tocado a su puerta, aunque el precio que exige el combinado bruselense (entre seis y siete millones) supone una considerable barrera para flamencos y malvas. En el extranjero ya se ha mencionado a la Lazio como posible destino para Nielsen.

En el apartado de llegadas, Lazare Amani pasa a ser propiedad ‘unioniste’ tras su periodo de cesión desde Charleroi. Además, han llegado Dennis Eckert Ayensa (delantero procedente del Ingolstadt, de la tercera alemana), Arnaud Dony (lateral zurdo que viene de la cantera del Sint-Truiden) y Viktor Boone (central procedente del Deinze, de la segunda belga).

Dennis Eckert Ayensa. Foto: Union Saint-Gilloise

Lo que parece claro es que el Union Saint-Gilloise no se volverá loco en el presente mercado estival y se mantendrá fiel a su filosofía. Fichará barato, apoyado en el análisis estadístico (campo en el que es especialista su presidente, Alex Muzio), y teniendo en cuenta un factor que se ha convertido indispensable en Bruselas a la hora de acometer incorporaciones: el tipo de persona. Además de futbolistas, el 11 veces campeón del país ficha a personas. Y es que un vestuario sin excesivos egos y con un ambiente sano y positivo se considera fundamental en el Joseph Marien.

El interrogante en este apartado es ver de qué manera afectarán las bajas de jugadores que han sido clave, si el club consigue hacerlos olvidar con nuevos efectivos y si la plantilla tendrá un fondo de armario más extenso y óptimo.

Nuevo entrenador sin experiencia

Y por último, otra duda que sobrevuela Bruselas tiene que ver con el banquillo. Felice Mazzu, el artífice del ascenso a la Jupiler Pro League y de la histórica pasada temporada, ha puesto rumbo al Anderlecht. Su sustituto es el que era su asistente, Karel Geraerts. El belga de 40 años hizo carrera como jugador en equipos como el Brujas, el Standard de Liège, el Charleroi o el Lokeren.

Karel Geraerts. Foto: Belga

Sin embargo, como entrenador nunca ha estado al mando de una plantilla ni tampoco tiene una excesiva experiencia en los banquillos. Geraerts, al retirarse, fue durante una temporada coordinador de Deportes en el Oostende. Después de esta etapa, se incorporó en junio de 2019 al Union Saint-Gilloise como asistente, primero de Thomas Christiansen y posteriormente del ya mencionado Mazzu.

¿Pecará de inexperiencia? ¿Estará a la altura del reto que supone combinar liga, copa y competición europea? Estas son algunas de las incógnitas que sólo el tiempo resolverá. Ahora sólo queda esperar y ver cómo se desarrollará esta nueva campaña (en la que, por cierto, el club cumplirá 125 años) en el municipio de Saint-Gilles, donde seguramente anhelan que su Union Saint-Gilloise vuelva a ser el protagonista de muchas portadas. ¿Lo conseguirá?

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